jueves, 24 de diciembre de 2009

LE COGI A MI CUÑADA, QUE RICA


Un día recibo una llamada a mi móvil era mi cuñada que me decía que tenía un dolor muy fuerte en su espalda y que deseaba que le compre unos medicamentos y traiga una crema para darle masajes.
Nos pusimos de acuerdo y le dije que pasaba por su casa a las 6 de la tarde, cuando me trasladaba en mi vehículo a verle, repasaba su figura era una morena bonita, de ojos verdes y un cuerpo maravilloso, tenía unos 19 años y vivía fuera de su casa porque era madre soltera, la verdad solo de pensar que le iba a acariciar su cuerpo y que posiblemente la desnudaría, sirvió para que se me empezara a parar mi miembro, cuando llegue a su pequeño departamento, salió a recibirme, estaba con ropa de dormir me hizo pasar a su dormitorio y me dijo que se había resbalado en el baño y por no golpearse hizo un movimiento brusco y desde ahí empezó el dolor, le dije descúbrete la espalda y acuéstate, se puso boca abajo y llevaba un sostén, empecé a darle masajes por toda su espalda como me estorbaba sus sostén le insinué quitarle a lo que ella no se opuso, mis masajes iban bajando con destino a sus nalgas y cada vez aprovechaba para bajarle su pantalón de dormir aprecie que bajo el mismo solo tenía una minúscula tanga, mientras la una mano seguía masajeando la espalda la otra completamente abierta agarraba con las yemas de los dedos las nalgas produciendo un relax y a la vez una gran excitación porque ya me acercaba a su culito, tenía dos clases de crema la una analgésica y la otra humectante era justo para demorarme más tiempo y poder apreciar mejor el hermoso cuerpo de mi joven cuñada.
Pasaron los minutos y notaba que ella se inquietaba yo por cierto ya le había quitado el pantalón y solo le tenía con la tanga, ella me daba la espalda, como el dolor era en la espalda quería arquearle su cuerpo por lo que le pedí que se diera la vuelta, ese rato existían dos posibilidades que me manda a la punta de un cuerno o que se dé la vuelta sin protestar y yo pueda deleitarme de semejante cuerpo, efectivamente ella se viro sin protestar y claro le puse mi mano por debajo y le empecé a subir, eso le ayudo y además le gusto, pronto mis manos siguieron masajeando pero ahora ya lo hacía a los senos, sus pezones empezaban a endurecerse, mis labios buscaron los suyos y sin pensar mas nos unimos en un beso en el cual nuestras lenguas se introducían hasta el infinito y empezamos a excitarnos, le fui besando por todo su cuerpo, muy pronto mis labios llegaron a sus pezones y le bese y chupe tan rico que sin pensar le dio un orgasmo y se corrió por su vagina, no quise desaprovechar eso y le baje la tanga y con mi lengua empecé a lamer su vagina, le sentía a su clítoris y ella empezó a gritar de todas las formas pero lo que más recuerdo fue “ya papito hazme tuya, méteme por donde quieras y acaba donde te guste”, practicamos un 69 y mientras me chupaba yo aprovechaba para chuparle la vagina con mi boca y con mis dedos de la mano derecha irle introduciendo en su culito, ahí fue cuando me sirvió la crema le cubrí con crema su culito y fácilmente entraron los tres dedos de mi mano, le hice poner en cuatro y le introduje mi verga de una sola en su culito, estábamos en el mete y saca y ella se deleitaba y gritaba como una verdadera mujer orgásmica, luego de un buen rato y teniéndole a mi verga en el límite del colapso me corrí y le llene el culo hasta que mi semen se corrió por sus piernas, descansamos un rato pero pronto sentí los labios de ella en mi verga, con su lengua recorría mi glande y mi verga no se la metía se la tragaba en su boca, cuando ya lo tenía bien parada se subió encima mío y se metió la verga haciendo que la verga en toda su extensión se introduzca en su vagina, sus movimientos circulatorios, le llevaron a un orgasmo, y seguía dándole y dándole placer a mi verga hasta que logro hacerla correr, mi semen le lleno su vagina, pero ella se bajo y me chupo tragándose todo mi semen y además dejándome completamente limpia mi vergita. Me fume un cigarrillo y mientras lo hacía, ella tomo nuevamente mi verga y me empezó a chupar hicimos de nuevo el 69 y ahí si no paramos hasta que me volví a correr en su boca ella se trago mi semen y me dijo que era los masajes más espectaculares que le habían dado.
Hasta ahora me pregunto si quiso culear o si en realidad necesitaba esos masajes, nunca me lo contó pero a partir de ese día hemos hecho el amor infinidad de veces.

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